BRAM EBUS: "EL CRIMEN ORGANIZADO USA LA AMAZONIA PARA MULTIPLICARSE"

En la última década, el crimen organizado se apoderó de la Amazonía, hoy un punto clave en la ruta de producción y tráfico de cocaína y centro de minería ilegal de oro, dos de los mercados ilícitos más lucrativos. Mientras tanto, comunidades locales se encuentran atrapadas entre la violencia y la ausencia del Estado. Hablamos con Bram Ebus, periodista y líder de Amazon Underworld, un proyecto de investigación que explora las dinámicas criminales en la zona, así como su impacto en el medio ambiente y sus habitantes.

Texto: Josefina Salomón / Ilustración: Sergio Ortiz Borbolla

In.Visibles (IV): Desde hace años están viajando a algunas de las zonas más remotas de la Amazonía, estudiando sus ecosistemas criminales ¿Qué han encontrado allí?
Bram Ebus (BE): El crimen organizado usa las fronteras para esconderse, multiplicar e instalar sus economías, porque las fronteras son zonas donde se puede evadir la ley que se aplica en un país u otro, además de ser zonas con muy poca presencia estatal, pero con una alta presencia de recursos naturales muy lucrativos.

Visitamos zonas del sur y oriente de Colombia que colindan con Perú, Brasil y Venezuela, pero también áreas fronterizas dentro de Perú, zonas cocaleras que son también rutas de narcotráfico. En Brasil, visitamos zonas infestadas por dragas mineras también en una zona de la frontera que comparte con Colombia. Además, fuimos a una zona fronteriza entre Brasil y Venezuela donde vimos cómo las organizaciones del crimen usan a las personas migrantes y en el sur de Venezuela donde logramos explorar los choques entre las comunidades indígenas con la llegada de los intereses mineros.

IV: En la investigación mencionan la falta de presencia estatal en estas zonas ¿Cómo observaron que esto afecta a las poblaciones locales?
BE: Creo que abandono estatal no es el término porque en las profundidades de la Amazonía suele ocurrir que el Estado nunca ha tenido una presencia y todas las comunidades siempre han coexistido con la naturaleza, con la Amazonía, de una manera mucho más armónica. Pero esa ausencia del Estado también permitió que otros actores que querían ejercer un papel de autoridad pudieran entrar y explotar las enormes riquezas de la Amazonía, como el oro, las maderas, la fauna silvestre, y también tumbar bosques para sembrar cultivos declarados ilícitos o agrícolas.

Esas economías y actividades impactan de una manera muy fuerte a las poblaciones locales, porque los grupos criminales les obligan a participar en esas economías, les amenazan cuando quieren frenar sus intereses económicos y como no hay un Estado presente, no había nadie para proteger ni a las poblaciones, ni a la Amazonía. Esa ausencia también dejó un espacio abierto para que las organizaciones establecieran formas de gobernanza criminal y, así, decidir sobre todos los aspectos de la vida diaria en la Amazonía con un solo objetivo, sacar el máximo lucro posible.

La minería ilegal de oro es una de las principales economías ilegales en la Amazonía. Foto: Bram Ebus
La minería ilegal de oro es una de las principales economías ilícitas en la Amazonía. Foto: Bram Ebus

IV: Para muchas de las comunidades locales, el cultivo de coca o la minería ilegal se han transformado en economías de subsistencia, en una forma de vida.
BE: Durante cientos de años, las comunidades locales han coexistido con el medio ambiente, utilizando solo lo que necesitan para vivir. Pero este balance se complica cuando se empiezan a manifestar las economías, tanto legales como ilegales, que destruyen a la selva.

Esto a veces obliga a las poblaciones locales a participar en las economías que les imponen, sean ilegales o legales. En nuestro proyecto pudimos enfocarnos en cómo comunidades indígenas, por necesidad o por obligación, participan en la minería ilegal, el narcotráfico, los cultivos declarados ilícitos, que muchas veces son economías que destruyen aún más sus territorios. Pero cuando hay que escoger entre cortar un árbol o alimentar al hijo, creo que todas las familias tomarían la misma decisión.

IV: ¿Cuáles son las historias que más te han impactado?
BE: Hay muchas historias que me han impactado. Es fuerte ver cómo los indígenas muchas veces pierden su relación con el medio ambiente y el cambio de cultura que tiene lugar por la instauración del alcohol, las drogas y el dinero, y cómo todo eso genera violencia. Hemos visto pueblos muy marginados en situaciones de alta vulnerabilidad.

Pero mientras tanto vemos también personas con una riqueza inmensa en la Amazonía. Por ejemplo, en las dragas mineras, que son estas embarcaciones que tienen la capacidad de mover toneladas de tierra que chupan de los lechos del río procesando con mercurio para obtener oro. Cuando ves estas dragas mineras, después de pasar días en una lancha sin ver pueblos, sin tener conexión ni encontrar lugares con plantas eléctricas, de repente tú llegas a un lugar donde hay Internet satelital con televisiones, con pantallas planas, donde miran Netflix, donde tienen perros y gatos como mascotas dentro de los proyectos de minería ilegal y tienen hasta huertas y gallinas para poder consumir. Entonces, ahí encontremos esas comunidades hechas por las economías ilícitas en la mitad de la selva, donde hay un microcosmos que no vemos usualmente.

"Hay una gobernanza transfronteriza criminal a mano de grupos armados en la Amazonía que genera tanto lucro que tienen un presupuesto anual, muchas pero muchas veces más grande que los presupuestos de los estados para combatirlos."

IV: Entiendo que la situación actual es el resultado de un proceso de años. ¿Cuál fue el punto de inflexión?
BE: Cada país en la Amazonía tiene sus propias dinámicas y razones detrás de la destrucción ambiental a una escala tan amplia. Pero sobre todo lo que identificamos es que las dinámicas criminales se aceleraron a partir del 2016, cuando se firmó la paz con la antigua guerrilla más grande del continente, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), quienes tenían un control grande de la Amazonía. Cuando ellos salieron y se desmovilizaron, el Estado no llegó para llenar el vacío de poder, entonces, llegaron grupos disidentes de las antiguas FARC y otros grupos armados que rápidamente llenaron el espacio. Pero como ya no había un solo actor controlando gran parte de la Amazonía colombiana, empezaron esas disputas territoriales que generan los altos índices de violencia que tenemos hoy en día.

En el mismo año, en Venezuela, el gobierno de Nicolás Maduro firmó un decreto que se llama el “Arco Minero de Orinoco”, apostando a un modelo minero para intentar compensar la caída del sector petrolero, la columna vertebral de la economía venezolana. Pero no lograron que empresas privadas o estatales pudieran capitalizar esto, entonces llegaron muchos grupos armados que empezaron a controlar una gran cantidad de territorios ricos en recursos naturales como el oro y el coltán. Para controlar esos territorios aplicaron una política de mano dura muy violenta para reprimir poblaciones y también proteger el territorio de la competencia.

Ahora bien, el país más grande en la Amazonía, Brasil, no está ajeno a estos cambios de 2016, porque los grupos de crimen organizado, que ni siquiera son de la Amazonía sino de ciudades como Rio de Janeiro y Sao Paulo, lentamente empezaron a aumentar su presencia en la Amazonía y sus pactos de no agresión se quebraron en el mismo año en 2016, cuando comenzó su propia guerra por el acceso y el control sobre la Amazonía brasileña.

Entonces, esas tres dinámicas diferentes empezaron a cruzar fronteras, a mezclarse y a generar un nuevo ecosistema criminal en la Amazonía. La pandemia de Covid-19 aceleró estas dinámicas.

IV: En el análisis de la investigación mencionas que los grupos armados llegaron por la cocaína y se quedaron por el oro. ¿Cómo se relacionan esas dos economías y cómo se complementan?
BE: Los narcos muchas veces no tienen ganas de jalar maletas grandísimas llenas de efectivo por la Amazonía, porque el dinero se puede incautar, perder, estropearse, y es difícil de esconder. Entonces, sabemos que muchos narcotraficantes cuando venden cocaína o marihuana comenzaron a preferir pagos en oro o armamento.

También sabemos que el sector de la minería de oro es muy apto para lavar las ganancias ilícitas del narcotráfico, por la difícil trazabilidad del mismo oro. Sabemos también que muchos narcos invierten en maquinaria minera, controlan minas o cobran impuestos en oro.

Además, sabemos que suelen reinvertir las ganancias generadas por el narcotráfico en otras actividades, legales o ilegales, como la ganadería, el acaparamiento de tierras, el tráfico de madera o la agricultura industrial.

IV: ¿Cuál es el principal impacto que tienen estas actividades ilícitas en el medio ambiente?
BE: Los impactos ambientales de diversas actividades son muy diferentes. Se suele hablar de la deforestación, aunque está siendo motorizada por economías legales, como la ganadería o la agricultura industrial. Ahí se borran algunas líneas entre lo que es legal e ilegal.

Pero cuando hablamos de degradación de tierras, pérdida de biodiversidad o contaminación de aguas y suelos, también podemos hablar de cómo estas economías contribuyen.

En el tráfico de drogas, por ejemplo, para cultivar la coca se tumba un poco de bosque, pero después en los laboratorios donde se fabrica la cocaína, se usa una alta cantidad de combustibles y químicos que después se desechan el medio ambiente. En la minería ilegal de oro también se usa una substancia muy tóxica, el mercurio, que es también muy difícil de lavar o sacar de los suelos. Y esto impacta a la fauna silvestre y a las comunidades indígenas que viven a la Amazonía y consumen los peces, que muchas veces tienen mercurio en sus fibras.

IV: Mencionaste la falta de presencia estatal en la zona ¿Cómo evaluarías las políticas de los gobiernos frente a los problemas que, saben, existen?
BE: Hay una gobernanza transfronteriza criminal a mano de grupos armados en la Amazonía que genera tanto lucro que tienen un presupuesto anual, muchas pero muchas veces más grande que los presupuestos de los estados para combatirlos.

Hemos llegado a un punto donde nos parece muy complicado poder gobernar la Amazonía nuevamente si los Estados no colaboran y si no hay inversión externa para fortalecer la seguridad en toda la zona.

Pero también sabemos que las fuerzas armadas en esos países tienen una reputación muy dudosa y por ende también las comunidades rurales muchas veces no confían en ellos. Entonces, yo creo que los estados tienen primero que generar confianza y retomar su presencia en la Amazonía, no necesariamente a través de Fuerzas Armadas, pero también con otras agencias estatales, aquellas que se dedican a la educación, la salud pública, al desarrollo rural. La respuesta estatal tiene que ser integral y no coordinada únicamente por los ministerios de defensa.

Creemos que hay un momento muy oportuno en la Amazonía para repensar una estrategia de seguridad desde la perspectiva de la seguridad humana. Ahí también se deben involucrar a las poblaciones que habitan la Amazonía, porque ellas saben qué ocurre en sus territorios y qué hay que hacer o cómo monitorearlo. En algunos casos se van a necesitar capacitaciones, facilitar articulación con agencias de gobierno e internacionales y definir el papel que puede jugar la tecnología como los drones o el GPS, para ayudar a las poblaciones a monitorear sus territorios.

IV: Lograr que quienes subsisten gracias a economías ilegales puedan pasar a vivir de economías legales es una transición compleja que requiere muchos recursos y voluntad política. ¿Cómo se puede lograr?
BE: Estamos en una carrera contra reloj porque, según los científicos, hay muy poco tiempo para rescatar la Amazonía. Pero también es cierto que las soluciones de corto plazo no han servido. Entonces, mientras nos enfocamos en los temas urgentes, de seguridad, es muy importante también empezar a trabajar las causas de fondo de la degradación del bosque y crimen organizado en la Amazonía. Esas causas estructurales tienen que ver con temas de desarrollo, con falta de economías rurales que pueden prestar una alternativa para las poblaciones locales. Se tienen que trabajar todos esos ejes al mismo tiempo. Es una tarea muy inmensa y compleja que solo se podrá lograr con una respuesta coordinada.

Amazon Underworld e2ncontró presencia de organizaciones criminales en el 70 por ciento de la Amazonía.

IV: Es claro que existe un interés a nivel internacional por el futuro de la Amazonía ¿Qué papel juegan otros gobiernos en su futuro?
BE: Por su importancia para mitigar el efecto de cambio climatológico, la Amazonía se ha convertido en un bien común internacional y vemos que hay mucho interés en preservarla y, por lo tanto, muchos fondos disponibles también. Pero creo que si los gobiernos no aprenden a trabajar de manera conjunta para conservar la Amazonía, ese dinero se estará desperdiciando.

Esos donantes internacionales también tienen que mirar un poco mejor qué relación hay entre los mercados ilegales en sus continentes y los perfiles de consumo y la destrucción de la Amazonía. Y eso requiere un poco más de inversión en cadenas de valores, trazabilidad y también para bloquear productos que vienen de territorios, por ejemplo, deforestados en la Amazonía, prevenir que esos productos entren a los mercados legales de países en otros continentes.

IV: Por último ¿Cuál es tu perspectiva hacia el futuro?
BE: Mi perspectiva hacia el futuro es que tenemos una situación oportuna ahora con los dos presidentes de los países económicamente más fuertes de la Amazonía, Colombia y Brasil, promoviendo una agenda de conservación. Si ellos lograron empujar una agenda conjunta con propuestas muy concretas, que puedan ser financiadas por la comunidad internacional para rescatar lo que queda en la Amazonía, hay un futuro donde va a haber una Amazonía.

Pero yo creo que si perdemos esta pequeña ventana de oportunidad, si no hay un plan financiado, concreto, que se pueda poner en marcha rápidamente para rescatar la Amazonía, tenemos que prepararnos a un futuro sin Amazonía, un futuro de una región de casi 50 millones de personas, con muchos desafíos que va a generar más migración y con una dinámica de cambio climático muy acelerada. Entonces, yo creo que también para ese escenario el mundo tiene que prepararse.

Esta entrevista ha sido editada para claridad y extensión.

La investigación completa de Amazon Underworld está disponible en: https://amazonunderworld.org/