Por: Josefina Salomón Ilustración: Sergio Ortiz Borbolla
El drástico aumento de la criminalidad, ilustrada en la suba de homicidios y secuestros extorsivos muestra una cara de Chile que, hasta el momento, había sido casi inédita. Frente a esto, el gobierno de Gabriel Boric se apresuró a pasar una serie de leyes de seguridad y aumentar los presupuestos.
¿Por qué se dio esto y puede ser efectivo el abordaje oficial? Hablamos con Pia Greene Meersohn, investigadora del Centro de Estudios en Seguridad y Crimen Organizado de la Universidad San Sebastián de Chile, quien desde hace años estudia el tema. Dice que el manejo de las cárceles juega un papel clave y que se necesita mayor coordinación entre agencias gubernamentales para enfrentar un desafío complejo.
Josefina Salomón (JS): Chile ha experimentado un rápido crecimiento de la violencia que está relacionado con la entrada del crimen organizado ¿Cómo se dio esto?
Pia Greene Meersohn (PGM): Chile siempre fue reconocido como el “buen alumno” de América Latina, pero después de la pandemia cambió el fenómeno criminal.
El crimen organizado transnacional entró a Chile por varias razones, pero la principal es por la permeabilidad de su enorme frontera, sobre todo en el norte, con Bolivia y Perú, nosotros tenemos frontera de planicie, que es muy fácil acceder y es imposible manejarla. La inmigración ha subido mucho y aunque no estoy relacionando la inmigración con la delincuencia, cuando tú tienes una inmigración irregular y desordenada, entra todo tipo de gente.
Esto también está asociado a que estamos al lado de los cuatro países mayores productores de droga del mundo: Colombia, Paraguay, Bolivia y Perú y el narcotráfico es la base de todo esto, además de la corrupción.
Para que entre la droga a Chile, al menos una persona tiene que mirar para el otro lado. Y a esa persona se le paga en plata o en droga. Y ahí empieza a haber más cantidad de droga en el país y nos volvemos un país más consumidor. Ahí el crimen organizado se va instalando, empieza a formar su red logística y las bandas se empiezan a pelear y sube la violencia y comienzan a llegar delitos que prácticamente no conocíamos como el secuestro, el sicariato, el gota a gota, las extorsiones.
JS: ¿Cómo se viene expresando esa violencia?
PGM: Han subido mucho los delitos violentos, muy rápido, y han cambiado. Los homicidios en Chile tenían tres características: eran entre personas que se conocían y eran en general con armas blancas, lo que implica que había poca distancia. Los homicidios hoy día son en un porcentaje muy alto con armas de fuego y entre personas desconocidas.
La forma de cómo se lleva a cabo el delito y cómo estamos habla de crimen organizado, porque su modus operandi es buscar sembrar miedo.
JS: ¿Qué rol juegas las cárceles en la expansión del crimen organizado, particularmente en Chile?
PGM: En toda América Latina hoy las cárceles además de ser universidades del delito son la casa matriz del crimen organizado. Mientras no tengas una cárcel que efectivamente te ayude a reparar, a rehabilitar y a reinsertar a esa en la sociedad no vas a tener el quiebre del círculo del crimen organizado.
En el caso Chileno, esto pasa porque, entre otras cosas, nosotros no tenemos a los internos divididos de acuerdo a su compromiso delictual. Las personas que no cometieron un delito violento, que no tienen antecedentes, tienen que estar en un tipo penal diferente porque al mezclarlos a todos, lo único que produce es que una persona que entre con un bajo compromiso delictual tenga que escalar, o por necesidad, por defenderse del resto de los otros, que los trataban mal o que le hacían cosas, ellos se tuvieron que agrupar. Como el estado no tiene capacidad de manejar toda la cantidad de gente que mete a la cárcel se empieza a crear un estado paralelo. Y este estado paralelo es la famosa gobernanza criminal de la que se habla.
Si hoy me preguntas qué hay que hacer, dónde hay que invertir, te digo que en la cárcel, pero no construyendo más cárceles. Meter gente a la cárcel no sirve de nada. O sea, estás dañando gente y no estás ayudando a nadie. Así que o mejora el sistema carcelario o nada va a funcionar.
JS: ¿Cómo evaluarías el abordaje de la administración Boric al crimen en Chile?
PGM: Yo creo que el presidente Boric ha entendido la gravedad del asunto, sobre todo en términos de crimen organizado y dentro de las cárceles donde te reproduce. Creo que ha hecho cosas, que se ha avanzado en leyes importantes, pero el mundo no se cambia solo con leyes.
El problema es que este sistema no está funcionando, porque no tenemos ni capacidad de coordinación, ni buena inteligencia, no compartimos información y necesitamos urgente que eso cambie. Tener más coordinación, darle mayor capacidad a los policías, capacidad en términos de recursos, de todo tipo de cosas, el respaldo político que requieren.
Un plan como el Calle sin Violencia, que es un plan que yo creo que fue apurado porque nunca hubo como un documento, por ejemplo, o evaluación del plan, pero que tenía una buena mirada. Ese plan tenía mala bajada territorial, como que hay que mirarlo desde otro punto de vista más grande. Pero hay otras cosas que sí, o sea, el Ministerio Público, por su lado, esto no es el Gobierno, es autónomo constitucionalmente, pero el Ministerio Público sacó una Fiscalía, uno grupo de fiscales que se llaman los ECO, que son los equipos Crimen Organizado y Homicida, contra el crimen organizado y homicida, que han funcionado super bien, especializados.
JS: ¿Qué piensas que se debería hacer para abordar el crimen de forma efectiva?
PGM: Creo que el presidente debería llamar a un grupo transversal de personas a hablar de seguridad, personas que sepan de seguridad y le den le den una mirada de política pública de cosas que hay que hacer ahora transversalmente.
Este es un dilema que pasa en muchos países cuando recién están empezando a ser afectados por el crimen organizado real. Que no entienden que la respuesta no es ni una cosa ni la otra, ni es ni cárcel para todo el mundo ni cárcel para nadie. No estoy diciendo que la gente no cumpla una pena. Lo que estoy diciendo es que la cárcel no está sirviendo. Entonces, si seguimos haciendo lo mismo, va a seguir pasando lo mismo. Hay que buscar alternativas.
Yo creo que hay que sentarse y pensar. Y eso es lo que yo creo que el Gobierno está en un tope. Están tratando de hacer cosas, pero siempre se van a topar con sus aliados más ideológicos que no le van a permitir avanzar en ciertas cosas que son absolutamente relevantes para el país Eso es lo que yo creo.
Chile está en un punto de inflexión pero yo creo que se puede revertir. De todas maneras, tenemos que tener una mirada transversal y tenemos que tener unidad. Si seguimos con este peloteo de dos bandos que están en lo extremo, es que no vamos a llegar a ninguna parte.
La entrevista ha sido resumida y editada para mayor claridad.