Dra. Magdalena Alcocer: “Es necesario repensar la importancia de la inteligencia criminal”

Las fuerzas de seguridad en América Latina están en crisis, rebasadas por la actividad de las organizaciones criminales y la necesidad de estructurar reformas a su interior, incluyendo para abordar la falta de representación de mujeres en estas instituciones.

Texto: Josefina Salomón

Ilustración: Jonathan Gómez

La inteligencia es una herramienta clave en la lucha contra el crimen organizado. En América Latina, sin embargo, su efectividad está limitada por la falta de inversión y las limitaciones que las mujeres enfrentan para ocupar espacios es estas instituciones.

La Dra Magdalena Alcocer, coordinadora de posgrado en la Facultad de Estudios Globales de la Universidad Anáhuac México, trabajó con fuerzas de seguridad para incentivar mejoras en las prácticas institucionales y estratégicas.

Hablamos con Alcocer, quien liderará el panel “Mujeres y liderazgo en Inteligencia para la Seguridad en contextos de Violencia” en el Seminario Amassuru 2025 “Retos para la construcción de paz en contexto de violencia”.

IN.VISIBLES (IV): El trabajo de inteligencia no suele ser parte del debate sobre seguridad en América Latina ¿por qué?
Dra.  Magdalena Alcocer (MA): Pienso que no es priorizado por su propia naturaleza y especialmente porque estamos en Latinoamérica y hay una serie de clichés alrededor de la propia palabra “inteligencia”, que claramente tienen que ver con nuestra historia, con los regímenes autoritarios que usaron la inteligencia para combatir a sus enemigos internos. Pero creo que hay que mirar el tema de la inteligencia desde varias variables, incluyendo la necesidad de implementar prácticas democráticas, de transparencia, de rendición de cuentas y abordar la subrepresentación de las mujeres, particularmente en puestos de liderazgo. 

IV: ¿Qué tipos de buenas prácticas se necesitan implementar para abordar los nuevos desafíos en seguridad?

MA: Pienso que, en general, se necesita invertir más recursos en la profesionalización. Formar un analista de inteligencia toma mucho tiempo. Aprender a pensar de manera crítica y de manera aguda, toma mucho más tiempo. Es muy importante trabajar para romper las inercias de estos sectores. En Latinoamérica, las agencias de seguridad son sectores muy masculinizados. 

Eso se rompe a través de mecanismos de rendición de cuentas, mecanismos internos de cambios de cultura organizacional, de buenas prácticas y a través de la profesionalización, evaluar cómo se aplica lo aprendido en la función policial. También se necesitan abordar temas de equidad a través de procesos de legitimidad al interior de las propias organizaciones y procesos de rendición de cuentas. Nadie va a querer denunciar si no hay rendición de cuentas. Para muchas mujeres denunciar una agresión significaría arruinar su carrera y nunca ver justicia.  

IV: ¿Existen experiencias positivas en la región donde las mujeres estén teniendo más acceso a estos espacios que describís en las fuerzas de seguridad?

MA: México justo tiene dos experiencias interesantes. La primera es que las mujeres han estado presentes desde 1989, cuando se incorporaron el Centro de Investigación y Seguridad Nacional, en la inteligencia civil, aunque no llegaron a posiciones de mando. Ahí se reproduce un poco la lógica que pasa también en el sector privado. Es decir, sí hay mujeres que pueden ser CEO, pero eso no significa que van a estar en la junta directiva donde se toman las decisiones con mayor peso. 

Pero el gran problema es que nuestros países generan políticas que no son transexenales, en el caso de México, es decir, el periodo de seis años de gestión presidencial, que depende mucho del liderazgo de estos poderes ejecutivos tan fuertes de estos sistemas donde no hay una evaluación de política pública y parece que damos carpetazo cada que termina una administración presidencial.

IV. ¿Qué elementos debe incluir una estrategia de seguridad para ser efectiva?

MA: Requiere un conjunto de elementos, apego a normas democráticas, servir a los ciudadanos, tener transparencia. La seguridad es multicausal. Hay que revisar los problemas que enfrenta nuestro tejido social, que está roto. Sobre todo en países tan desiguales y con pocas oportunidades como en América Latina, la gente dice: “Prefiero unirme al crimen organizado, morir en el intento y dejarle algo a mi familia que nunca poder tener movilidad social”.

Es dramático. Porque no fuimos capaces de generar políticas de desarrollo que generaran mejores condiciones para vencer la pobreza y la desigualdad y tenemos unas élites muy particulares en Argentina, en México, en Chile ni se diga, y bueno, y en Colombia también.

Pero lo más preocupante para mí es el desmantelamiento democrático que estamos viendo en medio de una lógica donde el mundo está cambiando, donde la arquitectura internacional está cambiando, incluyendo en relación a las nuevas tecnologías como la inteligencia artificial. La pregunta ahí es: ¿Quién va a controlar esas tecnologías?

IV: Estados Unidos ha cambiado radicalmente su política de seguridad en la región…

MA: Si. En México, por ejemplo, la estrategia se seguridad está muy complicada porque nuestra economía está ahora securitizada, es decir, es un binomio que antes no iba junto y ahora sí. Eran temas separados de la agenda bilateral con Estados Unidos y no podemos negar que esa es la relación más importante que tenemos en la región. Aunque también deberíamos tener buenas relaciones con nuestros vecinos del sur, con Centroamérica, sobre todo por la cercanía. México debería posicionarse como un referente en términos de seguridad y cooperación en la región. El problema es que no estamos mirando al futuro. 


IV: Trump está proponiendo una estrategia de seguridad mucho más basada en la confrontación y menos en la inteligencia. 
MA: Así es. Han hecho muchos recortes en sus agencias de inteligencia. Mientras que decían que lo más importante era la institucionalidad democrática, en la práctica debilitaron las instituciones y pusieron en jaque las buenas prácticas de las agencias de inteligencia y seguridad. 

IV: ¿Cuáles son los principales desafíos que la región enfrenta en materia de estrategias de seguridad?

MA: Los desafíos son muchos, incluyendo la profesionalización de la policía, la inclusión de las mujeres en espacios de seguridad, de inteligencia. 

Pero lo más preocupante para mí es el desmantelamiento democrático que estamos viendo en medio de una lógica donde el mundo está cambiando, donde la arquitectura internacional está cambiando, incluyendo en relación a las nuevas tecnologías como la inteligencia artificial. La pregunta ahí es: ¿Quién va a controlar esas tecnologías? 

Y, como siempre, la población vulnerable es que la que queda más expuesta a todo: a la falta de acceso a la justicia, la extorsión, la violencia y el vacío del Estado. Una vez que el Estado se retira, se arman dinámicas que son muy difíciles de desmantelar y ahí es cuando el crimen organizado genera un capital humano y eso, en la región más violenta del mundo, es dramático.

Esta entrevista ha sido resumida y editada para mayor claridad.

El seminario internacional, organizado por Amassuru, “Retos para la construcción de paz en contexto de violencia” tendrá lugar en la Ciudad de México el 27 y 28 de noviembre de 2025. Los detalles de suscripción y acceso a la transmisión del evento están disponibles aquí.